Se respiraba un ambiente de incertidumbre y sobre todo de mucha ansiedad, todos estábamos a la espera de iniciar, ya queríamos arrancar, queríamos irnos y dejar todo atrás.

El avión que abordaríamos era multicolor, contenía todos los colores conocidos y aun más los desconocidos; la entrada del avión era un espejo, sé que es algo difícil de imaginar pero era verdad, mis ojos no daban crédito a lo que veían y no por el hecho de que fuera un espejo, simplemente era el hecho de que mi reflejo no aparecía en el espejo, ¿Yo no existía?

Mi mente se nublo completamente y todo se volvió borroso, no recuerdo que fue en verdad lo que paso, solo sé que cuando desperté volando hacia Nunca Jamás me encontré. Según me dicen muchos me desmaye, aunque no se si eso fue lo que paso, espero cuando regrese de este viaje, encontrar en el espejo mi verdadero Yo.

Cuando llevábamos más o menos 2 horas de viaje, todo se empezó a nublar, unos estruendos empezaron a retumbar y el piloto comenzó a llorar. De repente todo fue oscuridad, nadie veía, oía ni sentía nada, todo a nuestro alrededor se perdía. Un gran dolor en mi pecho me hizo despertar y por fin fui consiente de todo lo que acababa de pasar.

El avión en el que viajábamos acababa de caer. Cuando nos dimos cuenta estábamos en una isla; ¿De donde? ¿Por qué? Fueron preguntas que me realice y alas cuales respuesta nunca encontré, a pesar de todo Milena que era nuestra profesora nos alentó para que exploráramos la isla, puesto que no sabíamos cuanto tiempo permaneceríamos en ella y empezaba a oscurecer, nos dividimos en dos grupos, el primero fue liderado por Milena, y el segundo por el piloto llamado John; yo me quede en el primer grupo e iniciamos así uno de las tantas aventuras que allí viviríamos, iniciamos en el lado norte de la isla. Cuando llevábamos un poco más de media hora de caminata, escuchamos unos ruidos que provenían de lo más hondo de la selva, muchos nos asustamos y otros solo lloramos.

Cuando nos dimos cuenta nos encontrábamos rodeados de una tribu, eran personas con miles de perforaciones en su rostro, con sus caras pintadas y con grandes plumas en su cabeza, en cuanto a su vestuario era muy básico, consistía en un simple taparrabos y las mujeres tenían además muchos collares que cubrían sus pechos. La tribu nos tenia amarrados en el centro de un circulo que poco a poco fueron formando; luego sin casi notarlo iniciaron un baile o una especie de rito, luego en un extraño idioma nos empezaron a decir y nos rociaron con un poco de agua color rosa. Así fue por poco más de una hora, al rato uno de las personas más ancianos se dirigió hacia nosotros, y en su extraño idioma nos comenzó a instruir.

Como nadie entendía nada, muchos optaron por dormir, en mi caso me quede expectante a lo que pudiera suceder, ya solo en mi cabeza rondaban preguntas y trataba de intentar ver un poco más allá.

 

Sofía una de mis compañeras me despertó, debo confesar que ni me di cuenta cuando me quedé dormida. El paisaje que había a mi alrededor había cambiado, nos encontrábamos en una especie de choza grande, y estábamos nuevamente rodeados de varios indígenas, pude notar que muchos de ellos se encontraban llorando, otros cantaban en un idioma que no comprendía y un pequeño grupo de jóvenes indígenas bailaban una melodía, que a mi parecer era una fusión entre varios ritmos, el reggaetón, al pop, el hip hop y el rock. Estos jóvenes lo hacían de una manera muy particular y era muy llamativa.

Al desviar un poco mi mirada, pude concentrarme en le cuadro que había en la mitad del salón, era una especie de calavera vestida con distintos collares y un manto blanco.

Me percate también que la gente que lloraba no lo hacía de una manera muy triste, parecía mas bien una mezcla de alegría y regocijo; al poco tiempo me pude dar cuenta que estaba en un rito de iniciación de un viaje, es decir estaba en un funeral. No es mucho lo que yo se al respecto sobre la muerte, según he leído la muerte es una especie de viaje, es un paso hacia otra vida, es un cambio de estado, la verdad no sabría explicar lo que esta en verdad representa.

Lo último que recuerdo de la estadía en ese salón, fue el hecho de que una de las indígenas, tomo el cuadro y lo rompió en cientos de pedazos, y lo más extraño fue que rápidamente fue remplazado por otra persona.

      

Salimos de aquel extraño salón y fuimos dirigidos de nuevo hacia la selva, allí fuimos dejados a nuestra suerte. Milena la mayor del grupo intento tranquilizarnos, y empezó a contarnos historias de héroes, de piratas, de personajes fantásticos pero que a la vez sentíamos reales; Cuando llevábamos un buen rato rodeados de selva y más selva por todos lados, empezaron a danzar alrededor de nosotros unas especies de mariquitas que contenían en sus caparazones distintas palabras, lo más graciosos de estos animalitos fue que estaban separados por grupos, según el color de su caparazón. Por ejemplo en el grupo verde había palabras como: Él, encontré, ella, usted, Yo, diecinueve horas, entonces, minutos, cápsula, allí, allá en fin palabras que designaban la acción, había otro grupo, el rojo, en este volaban palabras como: muchos, ellos, cuantos, tablero, en este grupo habían palabras que podrían utilizar para remplazar palabras dichas anteriormente, además habían dos grupos más, en el azul danzaban vocablos como olvidada, silenciosa, cubierta, lo que te quiero decir, en sí palabras que ponían al elemento central del enunciado al final de éste y por último las mariquitas color amarillo, que eran las que mayor número había, en estas sobresalían términos como: Siempre qué, debido a, no obstante, en otras palabras, mejor dicho, en cualquier caso, desde luego, bueno, vale, oye, mira estas palabras se me parecieron mucho a los conectores que se utilizan dentro de un texto.

Uno de mis compañeros le pregunto a Milena, que seres eran estas mariquitas, a lo que ella respondió:

-La verdad no estoy segura, pero los grupos nos hacen referencias a palabras utilizadas en la cohesión de los distintos textos, por ejemplo las mariquitas verdes son palabras que nos muestran la Deixis, el rojo representa la anáfora, el azul la catáfora y el amarillo son los conectores.

Al terminar de hablar, me puse a pensar en distintos textos y trate de identificar en ellos, las palabras escritas en las mariquitas y a clasificarlas según su tipología.

      

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